Usted, el Santo Grial

Sonia Aparicio @soniaparicio

“Encuentre a ese hombre y encontrará el Grial”. Esta escena de Indiana Jones y la última cruzada parece hecha a medida del momento que vive la prensa hoy, inmersa a lo Indy en la vertiginosa aventura de redefinir un modelo de negocio que no ha remontado el vuelo desde la crisis de 2008. Porque “ese hombre” —o mujer— no es otra cosa que  “el suscriptor”, nuevo eje estratégico para el negocio de las noticias y la información, que busca cimentar una parte importante de sus ingresos en la lealtad y fidelidad a una cabecera. La sagrada copa que otorga la inmortalidad a aquel que beba de ella. La luz deslumbrante en el horizonte de un presente VUCA (ya saben: volátil, incierto, complejo y ambiguo). La inyección de adrenalina directa al corazón del negocio.

Los suscriptores no van a garantizar a nada ni a nadie una vida eterna, pero son muchas las cabeceras que han emprendido la cruzada —¿última oportunidad?— de su búsqueda para, si no la inmortalidad, al menos luchar por la viabilidad a medio-largo plazo. La crisis de la covid-19 ha venido para terminar de rompernos todos los esquemas y muchas empresas editoras han acelerado sus estrategias de suscripciones digitales para impulsar y poder activar cuanto antes esta nueva vía de ingresos. Se impone, por tanto, un enfoque más cualitativo y menos cuantitativo a todos los niveles, no solo en el producto, aunque la propuesta de valor sea la principal baza en juego para convencer a tu cliente/ususario/lector de que pague por algo que durante muchos años ha consumido gratis.

También los grandes agentes del mercado publicitario tendrán que dar su justa importancia y medida a un target bien definido y segmentado, más valioso para cualquier campaña que priorice el impacto real y el retorno de la inversión frente al automatismo de registrar en una hoja de excel cifras millonarias de alcance y difusión que, en muchas ocasiones, impresionan más a jefes, directivos y clientes-anunciantes que al público objetivo realmente buscado (qué les voy a contar que a estas alturas no sepan…). No en vano se ha bautizado como “parroquianos” a aquellos que, satisfechos y fieles a tu producto, irían contigo hasta el fin del mundo.

La propuesta de valor, core de cualquier estrategia empresarial, es el principal argumento que utilizan los medios en sus campañas de captación. La información rigurosa, contrastada y con un enfoque diferencial cobra mayor importancia, si cabe, en un mundo en el que la saturación de cabeceras, contenidos y mensajes —información, al fin y al cabo— nos convierte en seres desinformados, con todos los riesgos que ello conlleva. Ya se define la infoxicación como una terrible pandemia, la exposición permanente y sin filtro a la ingente cantidad de información que nos acecha. Por eso es tan importante cómo y dónde te informas. Porque la información es poder; y es dinero. Recuerden, si no, aquel tuit (falso) sobre un Obama (falsamente) herido en dos (falsas) explosiones en la Casa Blanca que provocó en 2013 el descalabro (real), aunque solo fuera durante unas horas, del todopoderoso Wall Street.

En Anuncios conocemos muy bien cuál es el valor de la información. Nuestros suscriptores también: son muchos los que reciben puntualmente esta revista que el próximo mes de noviembre cumplirá 40 años. Cuatro décadas trabajando por y para el suscriptor. Nada menos. No tenemos millones de usuarios. Pero tenemos cientos de suscriptores fieles como usted: un lector influyente, un lector que valora la información rigurosa y de calidad y que quiere y necesita estar muy bien informado para tomar decisiones importantes.

EL FUTURO ES HOY

La primera vez que me asomé a esta ventana, recién llegada a la redacción, en Miguel Yuste, les hablaba de un proyecto de evolución y transformación para esta cabecera. Quince números y casi nueve meses después, este ejemplar que hoy tiene en sus manos es la primera realidad tangible de algo que el pasado mes de enero estaba en fase de gestación. Ese futuro de entonces se hace presente hoy como el primero de una serie de hitos. Y es mucho, e ilusionante, todo lo que está por venir.

Inauguramos con este número 1.625 nuestra propia primavera; en septiembre, porque las mejores cosas suelen llegar cuando no se las espera; y porque los convencionalismos están para saltárselos. Lo que sí pueden esperar todos nuestros parroquianos es que este nuevo Anuncios siga siendo fiel a su ADN: el compromiso de seguir trabajando sin aliento por y para usted, suscriptor. Atento, que despegamos.