Sonia Aparicio
New Media & Digital Journalist
Hace tres días asistí a mi última clase de este curso en IE Business School. Cierro un año magnífico, de reciclaje y renovación de conocimiento para mi reinvención profesional, orientada hacia la comunicación corporativa y el periodismo de marca tras 14 años como responsable de Especiales en elmundo.es. Mi balance del Postgrado de Gestión Empresarial y Dirección de Comunicación se resume en una sola palabra: ESPECTACULAR. Hay que seguir estudiando toda la vida. Y siempre que puedas, con los mejores. Gracias, Enrique.
No es posible resumir tantas horas de conocimientos, debate, prácticas y trabajos colectivos e individuales en un post, pero sí puedo y quiero hacer un pequeño homenaje a los grandes profesionales que tanto me han aportado en este año, vital para mí:
Con Elena Méndez recuperé la fe en la gestión de personas: «El talento, que es muy caprichoso, no quiere trabajar en cualquier sitio. Al talento le importa el proyecto». Lo tuiteé y triunfé en RT y likes entre mis antiguos compañeros de redacción. Por qué será…
Decía Pablo Gonzalo que «el ejemplo directivo es el mejor canal de Comunicación Interna que existe» e insitía en la necesidad de «credibilidad y honestidad para dirigirte a los empleados cuando les has fallado».
Buscando «la almendra» de Jorge Cachinero aprendí la importancia del networking y el lobby responsable, que nada tiene que ver con el choriceo. (Siempre me acuerdo de ti, Jorge, cuando pongo en práctica el working the room).
Con Enrique Cortés he sido testigo de la vocación y la pasión por la enseñanza, en unas clases espectaculares («Estrategia es ganar la guerra», decía, con un brillo espectacular en los ojos) que darían no para un post, sino para varios libros sobre posicionamiento, diferenciación, ventajas competitivas y todo lo que tienes que saber, tener claro y poner en práctica una vez decidido lo que no quieres ser o hacer. Como las sesiones de Control de Gestión y BSC de Paco Navarro, sobre misión, visión y análisis de factores críticos de éxito necesarios para cumplir tu promesa de marca. Qué distinto sería todo si muchas empresas entendieran que «la ventaja competitiva está en las habilidades de las personas y en la renovación del conocimiento».
Espectaculares han sido también las sesiones de Planificación de Campañas Digitales de Javier Barrio, uno de los profesores más divertidos e irónicos que he tenido en mi vida, lo cual se agradece enormemente a la hora de hablar de SEO, SEM, CPM, CPL, CPC, tasa de rebote, behavioral targeting, marketing de contenidos… Tras 14 años trabajando en Internet, he aprendido tantas cosas nuevas, útiles y necesarias que, Javier, confieso que me has ganado para siempre como alumna-fan. (Eso es engagement, ¿no?). Y qué decir de Enrique Dans. Magistral.
Una joya el plan de comunicación de Miguel Ángel Violán. Y las explicaciones claras, sencillas y amenas de Gonzalo Garland sobre macro y microeconomía. Y el ejemplo personal de Miguel López-Quesada, enseñando comunicación de crisis desde su propia crisis. Y Javier Arroyo hablando de comunicación política. Y Marcelino y Carola, siempre al pie del cañón. Y Gabriela Salinas hablando sobre marcas e intangibles. Y José Luis Portela, un crack en la dirección de proyectos. Y las lecciones de marketing de Gildo Seisdedos y Manuel A. Alonso Coto. O el mundo del Social Media de Stephan Fuetterer. Y las técnicas de negociación de Pilar Galeote. Y las sesiones de liderazgo y gestión de equipos, inigualables e interactivas, de Remedios Torrijos. Y el briefing para eventos de Chema Palomares. O la grasa, los huesos, músculos y nervios de las técnicas de presentación de Ana Grabiela Echeandía. O el dichoso blog de Mouriz. Y los 16 grandes profesionales con los que he compartido clase y pupitre cada jueves y viernes, hasta las 10 de la noche, como Ángela, Nacho, Mónica, César, Dimas, Isabel, Belén, Olga, Andrea, Laura, Germán, Juan, Sofía, Félix, Pablo y Paloma . Y los seminarios, charlas y desayunos de trabajo en la sede de Dircom con Sebastián Cebrián y José Manuel Velasco al frente. Y el ROI, y el ROS, y el flujo de caja operativo, y el activo, y el pasivo… y tantos conceptos que a «los de letras» siempre nos han espantado, y que hoy ya no tienen secretos para mí. Siete meses dan mucho de sí.
Y el gran impulsor de todo ello: Enrique Alcat, que hoy ya no está, aunque la huella de su influencia es inmensa y continúa, con su propio estilo y mucha entrega y dedicación, otro Enrique que está dejando su propia huella, Enrique Sueiro. Aún recuerdo tus palabras, allá por octubre, el día en que te conocí: «Es mucha pasta, sí, Sonia, pero no te vas a arrepentir y va a ser uno de los mejores años de tu vida”. Enrique: estabas en lo cierto. Hoy me siento orgullosa y, sobre todo, muy satisfecha de formar parte de la familia del IE Business School.